No existe rivalidad más antigua que los gatos contra los perros, pero ¿qué ocurre cuando un poblado de gatos debe hacer equipo con un indefenso perro que aspira a ser un héroe?
Un desventurado sabueso llamado Hank llega a un pueblo lleno de gatos que necesitan un héroe para que los defienda contra un cruel villano, que ideó un malvado plan para borrar su aldea del mapa.
Con la ayuda y entrenamiento de un reacio mentor, nuestro indefenso protagonista debe asumir el papel de samurai del pueblo y unirse a los aldeanos para evitar la catástrofe. Pero hay un problema: ¡los gatos odian a los perros!
Una crónica del camino de nuestro protagonista de ser un perdedor a convertirse en un mandamás, la comedia animada es una fiesta cómica para toda la familia, pues combina risas interminables con temas conmovedores de aceptación y creación de una comunidad, a medida que Hank se esfuerza para ser aceptado y proteger a una aldea de gatos que nacieron y fueron criados para rechazarlo.
Hank es lanzado a su aventura por las intrigas de un egoísta felino, Ika Chu (Gervais), que no repara en gastos para que su palacio sea el más grandioso del mundo. Se siente especialmente orgulloso de su baño vanguardista y su joya más valiosa, un retrete gigante de jade.
Lo único que detiene a Ika Chu para hacer realidad su sueño de gobernar esa tierra es una pequeña aldea polvorienta, Kakamucho, que el infame gato llama “una bola de pelos”, la cual arruina su magnífica vista desde el palacio.
Para ello elabora un plan: primero manda a su lacayo/asistente Ohga (George Takei) con su horda de ninjas depredadores hacia Kakamucho para provocar el caos y lograr que huya el supuesto samurai y protector de la aldea.
Cuando el gobernante Shogun (Mel Brooks) se entera de los graves problemas de Kakamucho, ordena a Ika Chu que asigne un samurai sustituto.
Pero la nueva estrategia de Ika Chu es incluso más retorcida: envía a Hank, un aspirante a samurai que no sólo está patéticamente mal preparado para servir como guerrero/protector, además es un… perro… y por ello es un enemigo de facto para los que supuestamente debe ayudar.
Ika Chu sabe que es cuestión de tiempo para que las cosas colapsen y él pueda apoderarse de Kakamucho.
A su llegada Hank recibe lo opuesto a una bienvenida de héroe, pues los gatos del poblado colocaron un letrero gigante que proclama “No se Permiten Perros”. Hank necesita urgentemente un mentor y se tropieza con Jimbo (Jackson), un samurai caído en desgracia, que en cierta forma requiere ser rescatado él mismo.
Contra todas las probabilidades, la inverosímil dinámica de maestro-alumno se empieza a desarrollar de modos divertidos e imprevistos, pues pronto Jimbo se da cuenta de que es imposible que Hank aprenda a ser un gato, pero le puede enseñar a ser un mejor perro y, quizá, a convertirse en una leyenda por su propio derecho.
Paramount Pictures, Nickelodeon Movies, Align y Aniventure presentan, en asociación con HB Wink Animation y GFM Animation, una producción de Flying Tigers Entertainment, en asociación con Aniventure, en asociación con Cinesite.