THE LEFTOVERS TERCERA TEMPORADA.
Entrevista a Damon Lindelof (Showrunner) y Tom Perrotta (Productor ejecutivo).
Entrevista realizada en Los Ángeles, (Abril de 2017).
Aunque sé que jamás es su intención darle al público todas las respuestas, esta temporada parece responder a algunas de las preguntas planteadas en la temporada anterior, y en capítulos anteriores, que tal vez podrían haber confundido a las personas.
DL: Sí, jamás tenemos la intención de confundir. La vida puede ser confusa.La gente puede actuar de maneras impredecibles y extrañas, que pueden no tener sentido, pero queremos que el programa de televisión sea comprensible. Si lo estás viendo constantemente con el ceño fruncido, esa no es nuestra intención.
Creo que algunos programas de televisión, en particular los que intentanalgo nuevo o diferente, deben enseñara verlos. El programa ciertamente nos enseñó cómo escribir. Viendo una serie como Legion, por ejemplo, pensaba: “¿Dónde está esto? ¿Qué es eso?” Después de un par de capítulos, mi cerebro pensaba: “Ah, esto es lo que es, esto va a ser lo que cada episodio es”. Eso se convirtió en algo muy emocionante para mí. Pero hay, inicialmente, este proceso de no saber muy bien cómo se supone que debo leer eso.
Respecto a Legion, que también es muy surrealista, ¿creen que la audiencia está cambiando, o los guionistas para televisión están exigiendo más del público, en términos de prenderse con algo que tal vez no entiendan desde el principio?
TP: Si no entiendes un programa de inmediato, en realidad puedes educarte bastante rápido después. Puedes decir, bueno, ahora lo entiendo y puedo ver el siguiente capítulo. Mientras pienso que, antes, cuando tal vez no había todo ese material auxiliar, podrías decir: no lo entiendo. Y si la persona con la que estás sentado mirando el programa tampoco lo entiende, entonces estás en problemas.
DL: Pero si hay otras personas por ahí que también dicen: ‘No se supone que lo entendamos’, entonces puedes decir: “Ah, bueno, entonces puedo seguir viendo este programa”.
TP: En las universidades norteamericanas, la crítica literaria ha dejado de existir. En la actualidadhay una crítica muy política. Se trata de analizar las cosas desde un punto de vista extraño, o lo que sea. Y así lo que ves es lo que casi se siente como la crítica literaria tradicional que sigue en las listas de comentarios. Alguien que tiene una lectura bastante sofisticada pone su comentario ahí para otras personas, que reaccionan. Es como una comunidad crítica que se ha mudado de los campus universitarios y en la que a menudo hay una conversación muy literaria en torno a los programas. Parece un curso literario tradicional, donde estás leyendo y discutiendo el texto.
DL: Si estás en doble pantalla, mientras estás viendo un capítulo de televisión, puedes estar en Twitter, o en Reddit, y en el momento en que sucede algo, puedes dirigirte a la persona cercana a ti, virtualmente, y preguntar: “¿Qué significa?” Y esa persona puede decir: “Ah, eso se refiere a algo de la temporada pasada. Hay una conexión”. Esa capacidad de conversar en tiempo real es algo muy nuevo.
¿El plan siempre fue establecer la última temporada siete años después de La Partida, jugando con todas esas ideas sobre el Apocalipsis y siete años de luchas, etc.?
TP: Siempre tuvimos en mente la idea de los siete años, pero no sabíamos si íbamos a conseguir una tercera temporada delaserie, y tuvimos esa oportunidad. Entonces parecía un lugar natural hacia elcual saltar. Habíamos establecido ese precedente haciendo un salto temporal entre la primera y la segunda temporadas. También nos lleva a nuestro final coincidiendo con la gente preguntándose si su mundo se va a terminar, lo que parecía realmente fortuito.
DL: Abrimos el iniciode la temporada con los Millerites, una secta del siglo XVIII que tenía un capítulo australiano, dirigido por Thomas Playford y que se convirtió en los Adventistas del Séptimo Día. ¿Qué sucede cuando se predice el fin del mundo y eso no sucede? Probablemente piensas que es casi el fin de tu religión. Pero eso es parte del cristianismo también –miren las Revelaciones–. Se suponía que el mundo se terminaría en las vidas de las personas que estaban leyendo los evangelios iniciales, y entonces, cuando el mundo no se termina, es necesario improvisar.
¿Cuándo se tomó la decisión de establecer la serie en Australia?
DL: Como algunas de las ideas más maravillosas de The Leftovers, comenzó como una broma. Entonces, la gente empezó a preguntarse: ¿estaba bromeando? Y todos pensaban que sucedería. Eso fue en el transcurso de la segunda temporada. Austin fue un gran lugar para estar en la segunda temporada. Me pareció que Australia era un gran lugar para terminar la serie.
TP: Me tomó algún tiempo acostumbrarme a la idea. Y a nuestros personajes también. Está esa canción de Wreckless Eric acerca de: Busqué en todo el mundo, buscan aquí y allá, buscanen todo el mundo, y tal vez lo van a encontrar, y tal vez no. Pero eso es lo lejos que tenían que ir.
También hay un carácter apocalíptico en Australia. ¿Eso fue importante en la selección?
DL: Es muy primitiva y antigua. Se siente como si estuviera ligeramente fuera de tiempo. Hay una increíble energía allí que se siente cósmica, por falta de una palabra mejor, algo muy único en Australia. Creo que lo interesante desde una perspectiva anglo-caucásica es que vas a Australia y todos hablan inglés. Piensas, “oh, todos se parecen a mí, pero estoy MUY lejos de casa”. Estoy lo más lejos de casa que se puede estar. Si vas a Tokio, sabes que eres Otro. Pero lo que engaña en Australia es que eres igual alOtro, pero cuando miras a tu alrededor, piensas: esto se parece a San Diego. Entonces, con soloaventurarse a 45 minutos de la ciudad te pueden comer muy fácilmente, hay como 80 millones de cosas que te podrían matar.
TP: Losaustralianos son muy despectivos si te matas.
Hay muchas referencias sobre falsos profetas en todas las temporadas, pero parecen tener un significado particular en esta temporada, ya que un apocalipsis político estaba en camino. ¿Lo sintieron de esa manera mientras hacían la serie?
DL: Creo que la palabra profeta parece significar la idea de alguien que está enseñando sabiduría allá afuera. Kevin nunca fue un sujeto que quisiera eso. Si hay algún personaje que sea análogo a Kevin en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, probablemente fue Joe Biden, a quien todos le decían: ‘Tienes que ser candidato’, y él contestaba: ‘No, no, preferiría no serlo’. Ojalá cualquiera en nuestro grupo de guionistas hubiera pensado que Trump podría ganar las elecciones, o que se tenía la receta para una visión un poco más distópica, pero la verdad es que todos nos sentíamos bastante optimistas sobre la dirección que las cosas tomaban.
Pero entonces, cuando llegó el 8 de noviembre, se produjo esa sensación de La Partida: en dos horas, todo cambió. Vivo en Los Ángeles, donde todos son básicamente liberales. Fui a una fiesta, había globos y comida, todos se reían y 90 minutos después, la gente se abrazaba y lloraba.
Eso de sintió muy al estilo Leftover para mí. No porque crea que el mundo se terminó, sino por la idea de que el mundo puede cambiar repentinamente.
Todas las señales de advertencia estaban ahí y toda la arrogancia también. Me sentí muy responsable. Esa es la otra cosa sobre La Partida –está la idea de que esto es MÍ culpa, porque no lo vi venir, no golpee suficientes puertas, fui arrogante, fui demasiado pagado de mí mismo, dejé de escuchar lo que decían muchos estadounidenses. Ahora hay este período de reflexión, dolor, rabia y todas esas cosas. Pero ninguno de nosotros lo vio venir.
TP: El libro fue escrito como una especie de respuesta al 11 de septiembre, pero también a la crisis financiera de 2008. Es difícil recordarlo ahora, pero fue aterrador. Había una sensación de que los ahorros de toda la vida de la gente podrían desaparecer, y que iba a haber una especie de caos económico. Y alrededor de esa época, surgieron una serie de películas y programas apocalípticos. Creo que tal vez la gente que se recuperó de eso sintió que el mundo no podía terminarse -como siempre pasa- y no se dio cuenta que había un montón de gente para la que el mundo sí se terminó. Lo que temíamos era que nuestras vidas ya no se sentían estables, que no podíamos contar con las cosas –había una enorme porción del país que se sentía de esa manera– y esas son las personas que eligieron a Trump. Por lo tanto, en un sentido amplio, la serie se estaba introduciendo en un estado de ánimo que produjo a Trump, pero no creo que estuviéramos conscientes de las fuerzas subyacentes.
Tenemos la excusa del hecho de que probablemente fue culpa de Rusia.
DL: Eso es otra cosa, Rusia es otra construcción emocional para básicamente subvertir la culpa. Porque nadie dice que los rusos afectaron la votación. Pero eran muy eficaces para magnificar las debilidades de Hillary. Me encantaría sentir que había una pistola humeante, pero, al finde cuentas, se trataba de una elección legítima, que podría haber sido influenciada, pero los rusos no tuvieron más efecto que el anuncio de Will Horton, o que Michael Dukakis conduciendo un tanque.
Esos emails que WikiLeaks reveló no eran falsos. Eran correos electrónicos legítimos.
TP: Hay un tipo que ahora trabajaen la administración Trump que escribió un artículo titulado The Flight 93 Election. Básicamente dice: nuestro país es el vuelo 93 de United, estamos volando hacia edificio. Por lo tanto, en ese caso, todo lo que puede hacerse es atacar la cabina. Básicamente dice que la elección de Trump es como atacar la cabina. Es todo lo que tenemos, vamos a caer de todos modos. No me sentía así: estaba muy contento con los años de Obama. No me sentía como si estuviéramos por llevarnos un edificio por delante.
DL: Obama no parece estar preocupado. Está haciendo windsurf.
Mi esposa se enojó mucho al respecto. Dijo: “¿Qué hace? Mira lo feliz que está”. A mí me parece que se lo ha ganado, y además eso es realmente reconfortante para mí.
Si alguien recibe la llamada para salir corriendo hacia el refugio nuclear, es él. Pero no, está al aire libre, haciendo windsurf.
Así que la temporada tiene ese costado salvaje de Australia, y su inmensidad y tierra colorada. Y luego, en medio de todo eso, hay un capítulo muy distinto –y muy picante– en un ferry. ¿De dónde surgió eso?
DL: La forma en que se desarrolló ese capítulo es una de las cosas que más me gustande nuestro grupo de guionistas. Comenzó con la idea de que ese va a ser un episodio de Matt Jameson que lo va a llevar a Australia. También va a traer a Laurie y a John y Michael Murphy, como los discípulos de Kevin, a Australia. Queríamos que Matt tuviera dificultades para llegar a Australia. Así que, al comienzo del capítulo, se entera que Kevin ha volado a Australia y de repente se da cuenta que la narración que está escribiendo acaba de perder su personaje principal. Y piensa: “tengo que llegar a Australia”.
¿Cómo hacemos que eso sea complicado? Empezamos por pensar que pasaría si hubiera un accidente nuclear que le impide tomar otro vuelo. Y lo hicimos.
Después se nos ocurrió que pasaría si el avión de carga que ha fletado es impedido de aterrizar en Melbourne. Bueno, pero entonces, ¿dónde aterrizaría? En Tasmania.
Y luego, ¿cómo hace para ir de Tasmania a Melbourne?
Entonces una de los guionistas, Lila Biyok , con quien escribí el capítulo, dijo: “hay un ferry que une Melbourne a Tasmania.
A mí me pareció genial y dije que íbamos a grabar en el barco.
Y entonces nos preguntamos: ¿qué pasa en el barco?
También habíamos planeado un capítulo en el que había un sujeto que salía de una caverna y decía ser Dios.
Entonces pensamos, bueno, es Matt contra Dios, en un ferry.
Sabíamos que el cáncer de Matt había vuelto, entonces va a ser Job, que le va a decir a Dios: ¿Para qué fue todo esto? ¿Por qué me has hecho esto? Entonces empezaba a sentirse algo pretencioso y precioso.
Y también sabíamos que queríamos matar a Dios.
Pensamos: ¿cuál es realmente una gran manera de que Dios muera?
Y la gente empezó a decir todo tipo de cosas cómicas, entonces alguien simplemente dijo: Debería ser atacado por un león.
Me encantó la idea, porque se siente muy bíblica.
¿Pero qué hace un león en el barco?
Todos los guionistas se llevaron tarea para el hogar. Les dije: vuelvan y díganme qué hace un león en un barco.
Y surgió esta historia, de una película de los ’70, sobre Frasier, el león sensual, que es llevado del zoológico de Tijuana a California a preñar a varias leonas. Es una historia real.
Y entonces pensé: ¿y si hay un extraño grupo de locos sexuales que alquiló el barco y ahora Matt Jameson se mete en aprietos en ese barco?
Así que tienes a Moisés en la cima de la montaña, en algo así como “estaba ahí arriba intentando hablar con Dios, y entonces bajé y todos ustedes están teniendo sexo y adorando a ese becerro de oro”.
Así que tuvimos que hacer un poco de Job, un poco de Moisés, un poco de Abraham e Isaac.
TP: Y entonces surgió algo que no habíamos hecho mucho hasta ese momento–solo un poco con Holy Wayne y sus novias–, que era la idea de que uno de los resultados del tipo de caos social provocado por La Partida sería que se exteriorizaran todos los tipos de sexualidad. Así que fue genial tener ese tipo de escena en la serie, porque realmente parecía formar parte de la entropía apocalíptica sobre la que escribimos.
DL: Fue divertido filmar ese capítulo –la mejor masturbación de la televisión–.
Lo que me pareció realmente increíble sobre Kevin y Nora, particularmente en esta temporada, es su temor terrible a ser vulnerables, o revelar su dolor el uno al otro, y sin embargo, ambos potencialmente están preparados para morir.
DL: Sí, si eso significa que él no tiene que estar donde está, que es parte de lo que aprende en el capítulo siete. Que hay algo dentro de él que tiene que salir, o que le han quitado.
Esa escena, con Kevin encontrándose a sí mismo, es extraordinaria.
DL: Theroux hizo un trabajo hermoso, un trabajo asombroso en ese capítulo. Es algo muy loco lo que se escribió. En primer lugar, tiene que leer un loca novela romántica que supuestamente escribió, pero que no escribió –tiene que empezar muy tonto y luego se vuelve cada vez más emocional– y luego lo lleva a hacerse una cirugía a corazón abierto a sí mismo, justo antes de activar una guerra nuclear. Cuando le dices esas cosas a alguien, simplemente te dicen: “¿Qué diablos están diciendo?”
Pero cuando Justin lo actúa, hay un nivel de autenticidad emocional.
TP: Una de las cosas que hace que The Leftovers sea distinta de otras series que pueden hacer cosas extrañas es que en realidad hay una alegoría coherente y una narrativa que se está interpretando. Cuando destruye ese mundo, le está diciendo Sí a este mundo.
Dice: vamos a destruir este mundo, así que nunca podré volver a él. En realidad es un acto racional –parece totalmente loco, pero en realidad tiene sentido.